Buenos días de domingo, hoy os regalo un relato que subí a Twitter hace tiempo, es más, es el primer relato que escribí.
Espero que os guste y lo disfrutéis.
Sed felices.. y recordad.. soñad, soñad siempre, a veces se cumplen.
SUEÑOS
Despertó totalmente sobresaltada y excitada. Había
tenido un sueño húmedo y erótico. Todavía podía paladear el sabor de los labios
de él, era una locura, pero era cierto.
¿Lo malo? Que no podía recordar la cara del hombre...
Solo sus manos recorriendo sus pechos, pellizcando los
pezones endurecidos.
Sus labios recorriendo su estómago hasta bajar a su
monte de venus.
Le abrió los labios e introdujo su lengua en golpes
rítmicos y juguetones.
Tuvo un orgasmo solo recordando como se la había
comido. A veces suave otras tan rápido.
Dios!! Solo recordarlo se volvía a poner a mil. Tenía
que reconocer que era el mejor polvo "soñado" de la historia. Aún
estaba caliente y empapada. Y tenía ganas de más.
Abrió su cajón y cogió su pequeña bala azul, si.. esa
que vibraba tan potente.
Recordó detalles pasados por alto, como esos ojos claros,
mirándola con atención. Siempre pendiente de su placer.
Pero estaba también rabiosa por no recordar bien su
cara. Eso sí, sus manos...esas manos que la recorrieron entera. Que amasaban
sus pechos o sus nalgas. Apretando fuerte su culo para que no se moviera del
lugar que el quería.
Claro que el hombre era alto, fuerte e hizo con ella
lo que quiso. Mientras recordaba todo eso, su bala se apretaba contra su punto
más sensible y estaba cerca de encadenar su segundo orgasmo, solo recordando.
Llegó justo cuando recordó las palabras susurradas
"te sigo", "te sigo siempre". Esa voz la catapultó al
orgasmo más brutal que había tenido nunca.
Abrió los ojos lentamente con la sensación de sentirse
satisfecha. Recordó los labios del hombre en una sonrisa arrogante... Y ella
recordó de pronto a quien pertenecía esa sonrisa y esos ojos. Sorprendida soltó
la bala cuando se incorporó de golpe.
¡Pegó un salto al sonar su móvil, sin mirar la
pantalla supo que era él! Siempre era él a esas horas. El único al que le
contaba todas sus cosas, miedos e inquietudes. El único en el que se apoyaba
cuando caía, quien la ayudaba a levantarse.
¿Qué le decían sus sueños? ¿Qué estaba queriendo
enseñarle el destino??
Contestó conteniendo la respiración, hasta que oyó su
saludo de siempre. Ese que era solo para ella.
"Buenos días mi niña ...."
Fin.